Si quieres miel, que sea con propóleo

Con este frío que viene y este frío que va, uno acaba constipándose más de la cuenta o recayendo cada dos por tres. Como no es bueno abusar de los medicamentos, una buena solución casera para aliviar el picor de la garganta suele ser tomar una cucharadita de miel. Pero aquí viene mi consejo amigos: Si vas a tomar miel, que sea con propóleo.

Imagen propiedad de sacada de esta web.

¿Qué es el propóleo? Leyendo este Blog podemos informarnos de que se trata de una sustancia que es el sistema inmunológico de los árboles. Una muy fina capa de grasa que hace la labor de recubrir la mayoría de los brotes vegetales y que los protege de la agresiones externas o del propio entorno. Su nombre proviene del griego propolis, que significa «defensa de la ciudad».

¿Qué tiene que ver esto con la miel? Pues las abejas obtienen el propóleo de los árboles recogiéndolo de algunos vegetales para terminar de procesarlo ellas mismas en la colmena. Utilizan el propóleo a modo de protección de las paredes de la colmena y mantenerla libre de bacterias.

¿Es bueno para nuestra garganta? Mucho. Tiene propiedades antiinflamatorias y suavizantes para la misma. Su composición, preferentemente de azúcares, la convierte en un producto muy energético (330 calorías por 100 gramos). Al ser rica en potasio es bactericida, así que si tenéis tos o primeros síntomas de gripe, os la recomiendo.

Su efecto germicida es bueno en la curación de heridas y quemaduras, incluso para estados depresivos, insomnio o nerviosismo. Algunos deportistas la toman debido a que una de sus propiedades es aumentar el rendimiento debido a su efecto estimulante para el corazón. Incrementa la resistencia y favorece la recuperación. Además facilita los esfuerzos reiterados y prolongados y previene las recaídas. No lo pueden tomar niños menores de 2 años, ni a personas alérgicas a la miel de abejas lógicamente (el porcentaje de gente alérgica es muy pequeño).

Como curiosidad añadir que los egipcios lo usaban como uno de los ingredientes para la conservación de las vísceras de los faraones.

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