Los yogures y la fecha de caducidad

Se ha hablado mucho en las últimas semanas y meses sobre el tema de los yogures y la fecha de caducidad de los mismos. Es normal que la gente no termine de entender o confunda términos como el «consumo preferente» con la fecha de caducidad. Las polémicas palabras del ministro Arias Cañete (‘Veo un yogur y ya puede poner la fecha que quiera que me lo como’) no creo que hayan ayudado a entender los peligros que puede tener comer un yogur caducado. Con este post vamos a intentar echaros una mano.

Lo primero de todo es aclarar de una vez la dichosa pregunta: ¿Qué diferencia hay entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente?

La fecha de caducidad de los yogures estaba fijada 28 días después de su elaboración. Es un parámetro muy útil que nos indica en qué momento el producto deja de ser seguro para el consumo.

Por otra parte la fecha de consumo preferente nos indica en qué momento a nosotros como consumidores, se nos deja de garantizar que las cualidades (textura, sabor) se mantengan intactas sin correr riesgos en nuestra salud.

Según un informe del Ministerio de Agricultura el 20,7% de los españoles consume alimentos caducados en los días siguientes y un 19,5% opta por consumirlos o tirarlos dependiendo del tipo de producto. Esto ha hecho que, recientemente, se haya cambiado la normativa al respecto de la fecha de caducidad. Por visto los yogures ahora ya no caducan a los 28 días de ser elaborados.

Al parecer los productores nos dan un plazo de 35 días para consumir el yogur sin que constituya un riesgo, una semana más. De ahí la famosa frase que habréis oído de familiares y amigos «yo me he comido muchos yogures caducados y sabía igual«, probablemente es debido a que el yogur había caducado uno o dos días más tarde.

Pero claro, ¿Qué ocurre si me como un yogur caducado?

El yogur es un producto lácteo obtenido mediante la fermentación bacteriana de la leche. La fermentación de la lactosa (el azúcar de la leche) en ácido láctico es lo que da al yogur su textura y sabor tan distintivo. Es este proceso de fermentación el que determina las cualidades como la textura, el olor y el sabor. Cuando sobrepasamos la fecha de consumo preferente nosotros como consumidores corremos el riesgo de que el yogur no sepa bien, huela mal o tenga una extraña textura en nuestro paladar. Pero debe quedar claro que en ningún momento esto supondrá un riesgo para la salud. De todas maneras dependerá de nosotros el comer o no el yogur, si a la vista o al olfato no pinta nada bien sería mejor tirarlo.

Un yogur cuya tapa se mantenga sellada y contenga leche sin otro tipo de aditivos en teoría puede mantenerse comestible durante meses. Las temperaturas en las que se maneja nuestro frigorífico hacen que sea difícil que crezcan microorganismos. Con el tiempo el yogur se volverá más ácido, lo que no será de buen gusto para nuestro paladar. Pero ojo, muchos yogures incorporan aditivos y otras sustancias que sí que tienen fecha de caducidad. Ahí es donde reside el verdadero riesgo.

Depende de vosotros el comer un yogur caducado o no. Hay personas en esta vida que se comen cualquier cosa, como ejemplo os dejo la noticia de este hombre que estuvo sobreviviendo 2 semanas comiendo cosas caducadas de su frigorífico.

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