Cuando la piel no respira en condiciones surgen las ampollas. Es un mecanismo de defensa del cuerpo humano que almacena líquido linfático y otros fluidos corporales, que se forma en la epidermis. Con frecuencia se desarrollan debido a la fricción, el calor, la tierra y la humedad.
Hay distintos métodos para prevenir las ampollas. Pasar un tiempo usando unos zapatos nuevos para que puedan conformarse a la forma de tu pie es una buena solución. Además hay que cuidar el grado de humedad, un calzado y calcetines mojados causarán ampollas con mayor facilidad. Es muy importante escoger unos buenos calcetines que se adapten lo mejor posible a la actividad que vayas a realizar. Si la ampolla surge finalmente, debes recubrir el área lastimada con una cinta de óxido de zinc o una venda para reducir la fricción.
Métodos de tratamiento:
Lo primero de todo es limpiar la zona de la ampolla con agua tibia y jabón. Después, surgirá la eterna duda sobre si debes Reventarla o no reventarla (que la ampolla se cure por sí sola o si quieres vaciarla).
Por norma general, si la ampolla no te está doliendo, o no te molesta al caminar, deberías dejarla curar por sí sola o si son grandes y dolorosas (muy llenas de líquido). Si son bastante pequeñas, y parecen estar bajo varias capas de piel, es mejor no tocarlas.
Si finalmente decides hacerlo, inserta cuidadosamente la aguja en un lado de la base de la ampolla, de esta manera se permite que todo el líquido se vacíe. Después aplica antiséptico y yodo. Cubre el área con una venda o gasa y verifica cómo va diariamente. Continúa limpiándola.
Nunca retires la piel que cubre la ampolla, ya que incrementarás las posibilidades de infección.
El Alquimista Ingeniero 
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