Muy típico durante las navidades en los días que hace mucho frío y comienza a nevar, enseguida vemos a empleados de los ayuntamientos preparados con sacos de sal para ayudar a que la nieve se derrita, pero… ¿sabéis por qué?
La sal cobra especial relevancia cuando el frío y la nieve hacen acto de aparición. Es frecuente ver en las aceras a empleados municipales echando sal sobre la nieve para ayudar a derretirla. ¿Qué proceso lleva a la sal a derretir la nieve?
El hielo se forma cuando el agua alcanza la temperatura de 0 °C pero cuando se disuelve alguna sustancia en agua, el punto de congelación de la disolución resultante desciende. El agua con un 10% de sal no se congela hasta que no alcanza los -6 °C. Si aumenta la cantidad de sal, más baja la temperatura para formar hielo.
Cuando se echa sal a la carretera con nieve baja el punto de congelación del hielo haciendo que este se derrita y permitiendo el tráfico.
Aunque la sal es un buen método para descongelar, no es un método perfecto pues la sal corroe los metales y daña el asfalto. Algunos sustitutos de la sal son la urea (que puede dañar las plantas) y el jugo de remolacha, que se usa en algunas ciudades, y que es bueno para el ambiente y efectivo aún por debajo de los -20 °C. Pero, lógicamente, la sal es más barata.
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