En una búsqueda constante de energías alternativas se sigue buscando aprovechar energías libres y sostenibles. Parece que, poco a poco, la gente se está concienciando de usar energías renovables y se animan a colocar en sus casas elementos que se las proporcionen. Hoy os descubrimos las tejas solares.
Imaginaos la posibilidad de tener un techo que, además de su función principal, cumpliese con la función adicional de proveer energía renovable. Pues lejos de ser una utopía, en algunos países se han diseñado tejas solares que, como podéis ver en la fotografía, son muy estéticas y son capaces de hacernos ahorrar en la factura de la luz y el agua. Requiere de una alta inversión inicial, que se salva tras varios meses de no pagar electricidad.
Se trata de tejas solares que cuentan con materiales que las hacen más flexibles, adoptando cualquier forma (incluso tienen el aspecto de una teja tradicional de arcilla). Y es que un tejado que esté orientado al sur, con un tamaño de 18 m2 y un ángulo de inclinación de 30º produce cerca de 1.650 kilovatios-hora de electricidad al año bajo el sol del sur de Italia cubriendo, aproximadamente, cinco sextos del consumo de electricidad anual de un hogar unipersonal en Alemania. Son como pequeñas placas solares, construidas para convertir la luz solar y transformarla en energía.
Pero no es su única utilidad, una variante son las tejas solares de vidrio, dando lugar a casas que parecen tener tejados de hielo. Tienen una base de nylon de color negro capaz de absorber el calor y lo almacenan en los tanques o bombonas a los que va conectado el sistema de calefacción central del edificio. De este modo, el aire se calienta y acaba canalizándose a un acumulador de calor. De media se producen unos 350 kWh de calor por metro cuadrado. Además, su producción no supone una huella de carbono excesiva.
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