En 2002, un mecánico brasileño, acostumbrado a trabajar en la penumbra de su taller, ideó algo que ha cambiado la vida de muchas personas: Una bombilla que funciona sin electricidad. El invento saltó rápidamente a las páginas de la prensa y a las noticias de todo el mundo. ¿Cómo funciona?
Alfredo Moser es un mecánico brasileño que, cansado de los constantes fallos eléctricos que se originaban, empezó a trabajar con la posibilidad de crear una bombilla diferente.
Para crear la denominada «bombilla de los pobres» sólo son necesarias unas botellas de plástico, agua y un poco de cloro. Para la instalación de las mismas nos bastará un poco de resina de poliéster. Obtendréis una potencia lumínica equivalente a una bombilla de 60 W. iluminación gratuita y ecológica.
Lo cierto es que su invento bien podría haberle sacado a él y a su familia, de la casa donde vive, pero en lugar de eso, Alfredo Moser, prefirió compartirlo.
Es una luz divina. Dios dio el sol y la luz es para todos. Quien así lo quiera utilizar que lo utilice y que ahorre dinero. En 2011 el invento llegó a Filipinas en donde el nivel de pobreza hace que los ingresos no lleguen a 18 euros mensuales, buena parte de su población no puede permitirse electricidad.
En 2013 ya había más de 140.000 hogares de todo el mundo con lámparas Moser.
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