Oímos en la televisión que los productos que consumimos en casa están tan alterados por colorantes que muchas veces no nos paramos a pensar en qué son y para qué sirven este tipo de compuestos. Hoy en el blog, os lo explicamos.
Los colorantes alimentarios son un aditivo utilizado para mejorar alguno de los atributos de dicho alimento. De esta manera, pueden ser utilizados para recuperar o resaltar el color que hayan podido perder durante el almacenamiento o los distintos tratamientos a los que hayan sido sometidos.
Aunque lo saboreamos en la boca, los alimentos los escogemos muchas veces si son atractivos a la vista y el color es uno de los atributos en los que primero nos fijamos a la hora de consumir.
Existen en la actualidad dos tipos de colorantes: los colorantes naturales y los artificiales. Los naturales son aquellos que son obtenidos a partir de pigmentos vegetales como la curcumina, la riboflavina, las clorofilas o el ácido carmínico. Por el contrario, los colorantes artificiales son productos obtenidos a través de una síntesis química, como la tartracina y el amaranto.
¿Cuál es mejor? Tiene que quedarnos claro que todos están sujetos a las mismas estrictas normas de seguridad internacional, independientemente de que sean naturales o artificiales. Es requisito indispensable que su inocuidad sea demostrada a través de una serie de estudios experimentales.
Actualmente, las grandes compañías de alimentos están cambiando sus opciones de colorantes. Han comenzado a utilizar mucho más los colorantes naturales, dejando de lado los artificiales fundamentándose en la tendencia en aumento de la elección de ingredientes naturales en la alimentación de las familias.
El Alquimista Ingeniero 
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