Existe una creencia sobre la saliva de los perros, puesto que pasa gran parte en contacto con el exterior es capaz de tener propiedades curativas y desinfectantes. ¿Es eso cierto?
Pues me temo que es erróneo y que todo se debe a un bulo que se fue extendiendo. Cuando un perro sufre una herida en cualquier parte de su cuerpo, instintivamente se la lame y, al curarse con el paso del tiempo, creemos que todo se debe mágicamente a la saliva del chucho. Pero esto no es cierto, puesto que el perro se lame porque le pica.
Como bien nos informa la revista QUO, al lamerse la herida, el ácido ascórbico de la saliva reacciona con los nitratos de la piel. Esto ayuda a formar pequeñas concentraciones de monóxido de nitrógeno que ayudan a cicatrizar y desinfectar las heridas… hasta cierto punto pues si una herida que se mantiene húmeda, puede llegar a empeorar.
Sin embargo, algo que sí que es cierto (o que al menos cita el estudio de la de Universidad de Arizona, es el hecho de que los microbios presentes en el estómago de los perros podrían tener un efecto probiótico en nuestro cuerpo, fomentando el crecimiento de elementos positivos para nuestra flora bacteriana. De esta forma, un lametazo de tu perro puede mejorar la salud de las bacterias que viven en nuestros intestinos.
El Alquimista Ingeniero 
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