Existe una creencia muy común en nuestras casas sobre lo perjudicial que es el hecho de que te apunten con un mando a distancia o los riesgos que tiene. Lamentablemente os vamos a explicar que esto no es más que un bulo.
Nos ha pasado a todos alguna vez. Estamos viendo la televisión, tumbados en la comodidad de nuestro sofá. Lo que hay en la televisión no nos interesa y decidimos cambiar de canal cuando, de repente, tu padre o tu madre pasan por delante del aparato en ese instante y presionamos el botón. Seguro que más de una y de dos veces habéis tenido una discusión al respecto. Pero tranquilos, que no existe ningún peligro al respecto.
Lo que utiliza el mando a distancia de nuestras televisiones es el llamado «infrarrojo», un tipo de radiación electromagnética y térmica de mayor longitud de onda que la luz visible, pero menor que la de las microondas. Al oír la palabra radiación nuestro cerebro la asocia automáticamente con «peligroso», pero no tiene porqué.
Este dispositivo emite una luz que es invisible para el ojo humano, pero que transporta señales que pueden ser detectadas por la televisión. Es un dispositivo muy similar al que se utiliza para garajes o puertas automáticas. Los infrarrojos también se utilizan para comunicar a corta distancia los ordenadores con sus periféricos.
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