Si hay un alimento indispensable en nuestra dieta ese es, desde luego, la leche. Desde bebes, pasando por niños, adultos… se podría decir que la leche está presente en toda nuestra vida que aporta una gran variedad de proteínas, vitaminas y calcio. Hoy hablamos de los distintos tipos.
Empezamos hablando según el origen animal del mismo:
Leche de cabra
Aportando 67 kcalpor cada 100 gramos, tiene un contenido en grasa, lactosa y proteínas muy similar al de la leche vaca. Se diferencia en que es más digestiva gracias a que los glóbulos de grasa de esta leche son más pequeños. Tiene un alto aporte de calcio (110 mg/100g).
Leche de oveja
En su versión entera su aporte calórico alcanza las 100 kcal por cada 100 gramos. Se diferencia en que tiene un aporte superior de lactosa (pero bastante similar), proteínas y grasa. Además presenta cantidades más altas de calcio (183 mg/100 g) además de ser rica en vitaminas y minerales. Es ideal para personas con problemas de desnutrición.
Leche de vaca
Es muy valorada por su importante aporte de calcio, de unos 121 mg/100g. Es más, el calcio se absorbe mucho mejor. Sin duda es la más popular y consumida, de la que encontramos distintos tipos:
Leche entera.
Es aquella que conserva el contenido original de nutrientes. Su contenido en grasa de nata se encuentra entre 3,5 y 5%. Aporta, aproximadamente 66 kcal por cada 100 gramos.
Leche semidesnatada.
Elimina, mediante distintos procesos, parte del contenido de grasa dejando su porcentaje entre 1,5 y 1,8. Es la opción para aquellos que no necesitan controlar demasiado las calorías.
Leche desnatada.
Contiene niveles de grasa mucho más bajos, inferiores al 0,5%. Este tipo, al igual que la desnatada, se enriquece con vitaminas y minerales. Es la leche adecuada si se quiere seguir una dieta o para controlar el colesterol.
Leche enriquecida en calcio.
Como su propio nombre indica, posee un contenido de calcio y vitamina D superior al tradicional. Es recomendable para niños, embarazadas y personas mayores.
Leche especial para el colesterol.
Son lácteos que ayudan a reducir y controlar el nivel de colesterol.
Leche con fibra.
Este tipo de leche ayuda a la regularidad intestinal mediante la ingesta de fibra necesaria.
Leche sin lactosa.
Es la leche que, eliminando la lactosa, resulta más digestiva sin perder las propiedades de la leche tradicional.
Leche condensada
No os hagáis los tontos, que seguro que la conocéis. Su origen se debe al evaporar la leche y añadir su peso igual de azúcar. Es decir, un 50% es sacarosa, por lo que tiene menos grasa y proteínas pero mayor número de hidratos de carbono.
Leche de soja.
Por último, hablamos de una leche vegetal elaborada a partir de habas de soja. Se caracteriza por ser baja en grasas y rica en proteínas vegetales. Perfecta para vegetarianos, alérgicos o intolerantes.
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