Por eso, siempre que me preguntan, insisto en que los considero el mejor amigo del hombre, por cosas como esta. Y, si encima colaboran en salvar la vida de las personas, se ganan un trocito más de nuestro corazón (aunque suene un poquito cursi).
Los perros tienen un olfato superdesarrollado, diez mil veces superior al de los seres humanos, de esta forma pueden descubrir si una persona padece un tumor maligno, si va a sufrir un brote epiléptico, si sufre de migrañas o «predecir» episodios de alergia. Es decir, nuestros amigos los canes «huelen» estas enfermedades.
Un estudio de «The Lancet» de 1989 confirma que estos animales pueden identificar a personas afectadas por tumores en la vejiga, ovarios, piel y pulmón. Es curioso cómo, al parecer, las células cancerígenas tienen un metabolismo diferente al de células sanas y, durante este proceso, desprenden olores que ellos detectan.
Una vez completado el adiestramiento y entrenamiento (preparamos para que estén en alerta constante), los perros están capacitados para saber si una persona padece un cáncer (detectan con casi un 99% de precisión el cáncer de próstata), sufrirá un brote epiléptico (sean capaces de anticiparse y avisar de la aparición de un episodio) o tendrá una bajada de azúcar.
Actualmente se trabaja en un proyecto de educación de perros para la detección de hipoglucemias de diabetes tipo 1 desde el centro «Argus Dog» de Barcelona. Y, aunque todavía no existe una evidencia científica que explique por qué los perros pueden percibir un embarazo, hay gran cantidad de casos que prueban que es así.
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